A Europa e os principais países do Mediterrâneo: Espanha, Portugal, Itália, Grécia, Marrocos, Argélia, Líbia, Egito, Líbano, Síria (uma vez refeita do desastre), Turquia, Israel, e uma Palestina sensata, que ainda não existe, devem tomar conta do destino deste mar cultural e estratégico milenar, afastando os demónios que há mais de um século trazem conspiração e guerra a estas paragens.
P.- ¿Quién está detrás del autodenominado Estado Islámico (IS)?
Hay una percepción errónea del IS por parte de la sociedad. Los grupos terroristas reciben ayuda bajo la ilusión de un Estado y un sistema. Se olvidan de que el mundo ha cambiado y el islam no es ajeno a ese cambio. No es sólo la religión sino también la necesidad de evolucionar. El islam tiene que progresar. Quienes apoyan al IS no tienen claro el peligro que representan. El IS usa la religión como una herramienta para alcanzar objetivos políticos y ha creado una fuerza incontrolable. Hay que hacer frente a esa realidad y tenemos que estar unidos porque esto afecta al Mediterráneo, a Europa y a todo el mundo. El mapa del terrorismo está creciendo y el esfuerzo que se está haciendo no es suficiente. No sólo es un esfuerzo militar y económico, también de discurso religioso. ¿Están ustedes dispuestos a colaborar?
[...]
P.— Sin embargo, aparte de sus socios en el Golfo Pérsico, en casi dos años de discurso vinculando a los Hermanos con el terrorismo no ha conseguido convencer ni a Estados Unidos ni a la Unión Europea. De hecho, los Hermanos Musulmanes siguen operando legalmente desde su oficina en Londres... ¿No cree que su estrategia para convencerles ha fracasado?
Estimo que los europeos tienen que conciliar muchos factores y quizás necesiten más tiempo para entender lo que sucede en Egipto. En los países europeos hay comunidades musulmanas y elementos en ellas que simpatizan con los Hermanos Musulmanes. La seguridad es su prioridad y entiendo perfectamente su postura [hacia los Hermanos]. Si este Estado se derrumba, la región irá al desastre y Europa sufrirá un daño terrible. Egipto no es ni Irak ni Siria ni Yemen, países que tienen más de 20 millones de habitantes cada uno. Nosotros somos 90 millones.
[...]
P.— En los últimos años ha crecido la emigración de los cristianos egipcios por diversas razones [las trabas de la administración, los ataques sectarios o el desamparo policial, entre otros]. ¿Está usted dispuesto a proteger a la minoría cristiana y a eliminar los obstáculos relativos a la construcción de iglesias?
Me gustaría aclarar algo esencial: en Egipto no existe una minoría cristiana. El término "minoría" no se emplea en nuestra sociedad para referirse a una minoría numérica porque connota una especie de discriminación contra quienes abrazan un credo determinado o pertenecen a otra etnia. Por consiguiente, digo que los cristianos son ciudadanos egipcios que tienen todos los derechos y todas las obligaciones hacia la patria. El nuevo Egipto está muy interesado en enviar un mensaje a la humanidad que exprese los valores de la participación, la justicia, la cooperación y la tolerancia hacia el otro. Son los valores promulgados y recomendados por el islam. Por otro lado, un número importante de coptos optó por emigrar en los dos últimos años porque el sistema gobernante en aquel momento tenía tendencias extremistas y violentas y no reconocía el diálogo como puente de entendimiento. No admitía al otro sino que entraba en un choque frontal contra quienes no compartían su misma ideología o no profesaban el islam. Creo que todos los egipcios, cristianos y musulmanes, sufrieron los aspectos negativos producidos por este tipo de pensamiento que no distingue entre cristiano y musulmán. En lo relativo a la construcción de lugares de culto, es algo que corresponde a una ley que actualmente es un anteproyecto para regular la edificación tanto de templos cristianos como musulmanes. El Estado considera que este proyecto posee una notable relevancia espiritual que necesita un debate parlamentario con el fin de acreditarlo de modo definitivo.
[...]
P.— Con los Hermanos Musulmanes en el poder, ¿la amenaza del yihadismo crecería para Europa?
El peligro sería mucho mayor de lo que se imagina si los Hermanos Musulmanes volvieran a gobernar Egipto. Libia, Siria, Mali, Chad, Etiopía y la península Arábiga... Todo iría a la deriva. Ustedes pueden luchar contra ejércitos regulares pero no contra grupos armados, como hacemos nosotros.
[...]
P— ¿Qué persigue y qué espera con su visita a España?
Creemos en la geografía y el territorio. Estamos hablando del Mediterráneo. Pertenecemos a culturas diferentes pero compartimos sur y norte del Mediterráneo. Queremos que España sea un puente hacia Europa. Tiene que haber comprensión mutua. Deseamos que haya mayor cooperación económica y que se produzca un espaldarazo. Somos un mercado de 90 millones y además tenemos posibilidades de convertirnos en la puerta hacia África. Necesitamos más cooperación en enseñanza y cultura y pretendemos que haya más inversiones españolas en Egipto.
'Si Egipto se derrumba, la región irá al desastre y Europa sufrirá' | Internacional | EL MUNDO