El papa Francisco, durante la rueda de prensa en el avión de regreso a Roma. ALESSANDRA TARANTINO (AP)/ cropped |
O meu reino não é deste mundo
El cinismo del papa Francisco
La neutralidad del Vaticano en la crisis venezolana sirve de apoyo a Maduro
RUBÉN AMÓN
El País, 5 FEB 2019 - 15:30 CET
No es Irán la única teocracia contemporánea que abjura del presidente Guaidó. Se resiste a reconocerlo el Vaticano, tanto por la idiosincrasia bolivariana del papa Francisco como porque su actual secretario de Estado, Pietro Parolin, fue el artífice de la reconciliación —de la comunión— entre el chavismo y la Santa Sede en los tiempos idólatras del mariscal Hugo.
Es la razón por la que Nicolás Maduro ha pedido la mediación moral y política del sumo pontífice. Pretende involucrarlo como árbitro de una conferencia de países “neutrales” —México, Uruguay— convocada en Montevideo este jueves como salida al aislamiento del tirano venezolano.
Interessante, esta análise! É um facto que as ditaduras nunca assustaram o Vaticano. Basta lembrar a Itália de Mussolini, a Espanha de Franco, o Portugal de Salazar, e o Chile de Pinochet. Porque haveria então o Papa Francisco, que encanta o hedonista Marcelo, de se preocupar com o chavismo e o seu desastrado herdeiro, Nicolás Maduro? A Deus o que é de Deus, a César o que é de César. Foi este negócio com as autocracias que garantiu a esta, como a outras igrejas, a longevidade do atavismo religioso. Secundariamente, esta posição 'simpática' para com o ditador Maduro, até permitirá ao Vaticano fazer a mediação que o resto dos europeus já não é capaz.
Russos e chineses acharam que poderiam avançar pelo Atlântico e pelas Américas dentro. Não podem. Mas lá que os Estados Unidos e os caniches europeus lhes deram pretexto, nomeadamente na forma hipócrita, interesseira e estúpida como lidaram com o colapso da União Sovética, e mais recentemente com a Ucrânia, ou ainda com a soberania sobre o mar do Sul da China, deram...
Agora vai ser preciso reequilibrar os dispositivos de forças, quer a leste de Berlim, quer no quintal latino-americano dos gringos. Voltamos sempre ao mesmo: a paz futura depende da realização dum Novo Tratado de Tordesilhas. Dum lado deve ficar a Euro-América, do outro a China. No meio, precisamos dum continente independente, próspero e neutral: a África.
Dito isto, a posição diplomática assumida pelo governo português é absolutamente correta. Não se defendem os interesses de Portugal, nem dos portugueses emigrados na Venezuela, apoiando um ditador alimentado com sinodólares e euros de Moscovo.
Vamos provavelmente assistir a um prolongado braço de ferro, sobretudo porque dependerá de concessões a fazer ao longo da antiga cortina de ferro, na Síria e... no Irão. Já agora, um Irão nuclear será um player decisivo no Médio Oriente, podendo mesmo afastar o espectro de Putin na região. Daí que seja tempo de os americanos e europeus darem corda aos snickers!
REFERÊNCIAS
El Papa sobre Venezuela: “Temo un derramamiento de sangre”
DANIEL VERDÚ
El País, A bordo del avión del Papa 28 ENE 2019 - 14:23 CET
La posición del Vaticano en el conflicto de Venezuela ha sido siempre ambigua y discreta. Su frustrado papel como mediador lo requirió en su momento. Pero ahora, en pleno ultimátum de un nutrido bloque de países a Nicolás Maduro para que convoque elecciones, millones de venezolanos y los propios mandatarios implicados —con Juan Guaidó a la cabeza de la oposición— se preguntan cuál es la opinión del Papa y la postura que adoptará la Santa Sede, con enorme influencia en la comunidad católica del país, en un conflicto que camina peligrosamente hacia la violencia. El Papa, tras varios días de silencio, pidió en el Ángelus del domingo en Panamá “una solución justa y pacífica”. Pero, ¿qué quiere decir eso?
Los hombres de Pinochet en el Vaticano
JUAN JOSÉ TAMAYO
El País, 2 MAR 1999
Desde su toma de poder en Chile, tras el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende, el general Pinochet buscó denodadamente el apoyo del Vaticano a su dictadura militar alegando como credenciales su fe católica y su cruzada contra el marxismo, llevada a cabo en plena sintonía con Juan Pablo II, antimarxista como él. Mientras el arzobispo de Santiago de Chile, cardenal Silva Enríquez, denunciaba los atentados de Pinochet contra los derechos humanos -incluido el derecho a la vida- a través de la Vicaría de Solidaridad, el Vaticano legitimaba las actuaciones del dictador, sobre todo a través de la nunciatura.Tras los resultados adversos del plebiscito de octubre de 1988, que le obligaron a abandonar el poder, Pinochet redobló sus esfuerzos por asegurarse el aval del Vaticano, confiando en que saliera en su defensa en caso de que fuera procesado. Y la larga sombra del general se extendió hasta la curia romana, donde hoy ocupan puestos de responsabilidad de primera línea personalidades eclesiásticas afines a él.